Más que decorativos: los complementos en tu habitación influyen tu estado de ánimo

Sin importar cómo pueda ser descrita tu apariencia o la mía, es el hogar –y particularmente la habitación– lo que efectivamente nos delata. Si no escribo otra palabra, por ejemplo nos “representa”, es porque el dormitorio es, precisamente, un espacio de privacidad al que solo la pareja y personas que ocupan un lugar de excepción en nuestra vida pueden acceder.

Si este espacio de la casa alegorizara un órgano en el cuerpo, podríamos pensar, dependiendo de la personalidad del propietario, en el corazón (el impulso vital) o el cerebro (pensamientos y emociones), dado que cada uno se asocia de manera distinta a los conceptos de resguardo, vitalidad e intimidad.

El dormitorio nos delata. Abrir la puerta a alguien, más que un gesto mecánico, es una confesión. En la limpieza, disposición y elección del mobiliario y los decorados se dice algo de nosotros que no estaríamos contándole a cualquiera. Pero el gran tema aquí no son los significados que emergen al abrir una puerta, sino lo que el estado de la habitación nos dice o reafirma sobre nosotros mismos cuando entramos en ella en soledad.

Todo el mundo sabe lo fundamental que es el hecho de que la habitación transmita sensaciones de paz, recogimiento y afirmación de la identidad personal, pero no todos lo consiguen.

De ahí que una habitación sucia o desordenada agrave la depresión que probablemente trastocara los hábitos de higiene de quien la habita. Por la misma razón, el entrar en un cuarto de renta saturado de decoraciones ajenas, con las que no es posible sentir identificación, impele a pasar poco tiempo en él. Sucede que imprimimos una huella digital en la elección de los colores que usamos, el modo en que ordenamos los muebles y la forma en que disponemos los objetos.

Por caótico que parezca un espacio, ninguna decoración es azarosa, incluso cuando los motivos por los que colocamos uno u otro artículo en cierto lugar no sean del todo conscientes. Sin embargo, el ser más concienzudos en este sentido y racionalizar la selección de artículos como y el mobiliario en general, además de los pisos y recubrimientos para las paredes ayudará a generar una sensación de calidez y resguardo que se busca en este espacio.

Por otro lado, la atención en elementos decorativos como lámparas, espejos, cortinas, cojines, cobertores y edredones te permitirá vestir el espacio con el necesario toque de tu personalidad, reafirmando la idea de la habitación como lugar de cuidado y regeneración personal.